martes, 18 de diciembre de 2012

Profesores

Conozco tres tipos de instrucción, decía Lázaro Valbuena a sus alumnos.

La del profesor que suspende a su discípulo por opinar de forma diferente.

La del profesor que lo da por bueno aunque discrepe de sus enseñanzas.

Y la del profesor que lo aprueba con entusiasmo precisamente porque su estudiante es un disidente.

De estos tres profesores, escuchadme bien, sólo el último es un maestro.

De "Lázaro Valbuena".

martes, 11 de diciembre de 2012

Diccionario

Mi queridísimo diccionario:

Dueño absoluto, abarrotado almacén de telas, laberinto con todas las entradas, infinito espejo pequeño como la tierra, llave maestra, biblioteca, mi queridísimo diccionario, inútil como un museo. Paleontológico. Piedra. Industria textil parada y quieta. Muerta. Guitarra sin dedos. Galilea.


Mi abigarrado diccionario otoñal y planeta, sólo hilos, destejido, desastrado, estepa, maldito catálogo de terciopelos y rizos y tules y sedas, exhaustivo y tentador, excitante, proxeneta. Maldito diccionario, te falta, no ofertas, la rueca que teja y desteja, no adjuntas manual que el hilandero comprenda. Condenado lexicón, no acompañas prospecto para tu poeta.

De "Cartas a mis cosas"

miércoles, 5 de diciembre de 2012

En los libros

Las grandes personas, decía Lázaro Valbuena a sus alumnos, las he encontrado siempre entre libros. En la inmensa compañía de la soledad bibliotecaria. Siguiendo la escondida senda por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido. No me gustan las efigies ni el humo. No soporto las estatuas de peanas que debieran estar vacías. Desprecio a los voceras y a los bocazas. La logorrea mezquina. A los personajillos. A los reyezuelos. La obra bien hecha es obra de amor, trabajo y tiempo. El mar necesita muchas olas para llegar a la playa. Las grandes personas que he conocido han demorado sus vidas entre páginas. Blancas o impresas. Páginas. Las grandes personas que he conocido han sido radicalmente libropésicas. Invulnerablemente letraheridas. Sed valientes. Leed. No temáis acompañar a Lewis Carroll a través del espejo. No temáis acceder con Juan Ramón al otro costado. Sólo allí hallaréis la verdad desnuda. Esquinuda. Cortante. La verdad. Lenta. Tozuda. Sólo allí hallaréis la crítica. Para ese viaje no necesitáis gran impedimenta. Id ligeros de equipaje. A tercios oídos sordos, resistencia y bondad.

De 'Lázaro Valbuena"