domingo, 25 de mayo de 2014

Leer despacio

Cuando se lee hay que leer despacio. Con pesadez les repito a mis alumnos que la madurez, si es algo, es aprender la lentitud. Dilatar el sosiego. Retardar las horas. Retardar las horas. Eso es. Especialmente, cuando se lee, hay que hacerlo despacio. Despaciosamente. Sonorosamente. Porque cada palabra es un fragmento del fragmento que -es inevitable- es cada texto. Leer un fragmento -y siempre se lee un fragmento- es demorarse. Enamorarse. Morar en él.

 
De "Teoría de Fragmentos" (461)