Las grandes personas, decía Lázaro Valbuena a sus alumnos, las he encontrado siempre entre libros. En la inmensa compañía de la soledad bibliotecaria. Siguiendo la escondida senda por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido. No me gustan las efigies ni el humo. No soporto las estatuas de peanas que debieran estar vacías. Desprecio a los voceras y a los bocazas. La logorrea mezquina. A los personajillos. A los reyezuelos. La obra bien hecha es obra de amor, trabajo y tiempo. El mar necesita muchas olas para llegar a la playa. Las grandes personas que he conocido han demorado sus vidas entre páginas. Blancas o impresas. Páginas. Las grandes personas que he conocido han sido radicalmente libropésicas. Invulnerablemente letraheridas. Sed valientes. Leed. No temáis acompañar a Lewis Carroll a través del espejo. No temáis acceder con Juan Ramón al otro costado. Sólo allí hallaréis la verdad desnuda. Esquinuda. Cortante. La verdad. Lenta. Tozuda. Sólo allí hallaréis la crítica. Para ese viaje no necesitáis gran impedimenta. Id ligeros de equipaje. A tercios oídos sordos, resistencia y bondad.
De 'Lázaro Valbuena"
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