No puede ser. A la planta falsa,
de plástico verduzco, de artificio sin fuego, algunos brotes le han nacido. No
en este poema. Sino en su verdad de planta mentirosa. En su realidad -viva,
muerta- postiza. Ilegítima. Perpetua. No puede ser. Entiendo que no puede ser.
Pero ha sido.
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