viernes, 2 de abril de 2021

PoesíApp: Adelilla

El desaparecimiento de Adelilla corrió como la canela. Por la clínica. Adelilla no estaba, ya, en su habitación. ¿Dónde estaba Adelilla? Trece años. Lirio. Promesa. Quiebra. El Doctor, claro, también se había enterado. De hecho, el Doctor Claro era uno de sus médicos. ¡Pobre Adelilla experimento! Al ingresar en su despacho el Doctor no se percató. Pero, en seguida, al llanto del viento, reparó en el almario. Entreabierto. En la balda más baja, ovillada sobre sí, Adelilla -trece años- se ocultaba mostrándose. Se escondía exponiéndose al Doctor. Éste, Claro, testigo de fragilidad tanta, impotente en su Título Académico, no sabía qué. No sabía cómo. No sabía claro si Adelilla -canela, alma, ovillo- necesitaba un médico o un repostero o un poeta o un pastorcillo o un acordeón o un caleidoscopio o una zalema o...

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