jueves, 7 de julio de 2016

Lo postmoderno y la postmodernidad

Fragmento de mi intervención como miembro del Tribunal que juzgaba un Trabajo de Fin de Máster (TFM) el pasado 4 de julio de 2016.

Coincidiendo, como coincido, con Habermas en que se trata de una época fundamentalmente conservadora; y coincidiendo, como coincido, con Lyotard en la preponderancia que la sociedad postmoderna otorga al dinero; la caracterización de la Postmodernidad podría resolverse como sigue:

1- Desconfianza respecto a la Alta Cultura. Rechazo de las élites culturales. No reconocimiento de la autoridad intelectual. Desconfianza en la razón y en la ciencia, ambas, claves de la Modernidad. Al mismo tiempo que se reclama y se instala la hipertecnologización. Reivindicación de la cultura popular

2- Por una parte se cree que no hay pensamiento sin lenguaje; que, incluso, el lenguaje crea la realidad. Por otra parte: desconfianza respecto a los grandes relatos; descenso vertiginoso de la lectura de calidad; sobrevaloración de las nuevas tecnologías de la comunicación; sobrevaloración de los medios de comunicación de masas; surgimiento de una hiperinformación constantemente manipulada; consideración de los medios de comunicación de masas como nuevos transmisores de la Verdad (lo que no aparece en ellos no existe)

3- El contenido del mensaje carece de importancia. Se hipervalora la forma en que el mensaje es transmitido. Se privilegia lo formal sobre el contenido. Sólo importa la capacidad de convicción. Se prioriza la imagen sobre la ideología. La información se entiende como entretenimiento. Se confunde, muy a propósito, lo trivial con lo importante. Se prima la banalidad sobre el pensamiento crítico. Atracción por lo falsamente alternativo. Persecución del escándalo, del show

4- Rendición de culto al cuerpo. El gimnasio muy por encima de la Biblioteca. Preocupación por el músculo, no por el cerebro. Culto a la individualidad externa: inflación de la moda, de las modas. Búsqueda del placer físico inmediato. Trivialización de la sexualidad. Supuestamente, vivir a tope el presente. Desconocimiento vertiginoso de la historia. No pensar en el futuro. Se presume de esquivar el tema de la Muerte; se engaña a la vida como si la Muerte no existiera. Despreocupación por el interés y el bienestar comunes

5- Se apuesta, muchas veces desde el papanatismo, por el pluralismo, la diversidad, el relativismo, la multiculturalidad. Sacralización de estas palabras

6- Por el contrario, se sataniza valores como el esfuerzo personal y la disciplina. Se pretende el éxito personal rápido y sin ningún tipo de sacrificio

7- Supuesta preocupación por la ecología y el medioambiente -dos términos políticamente muy correctos-. Pero, al mismo tiempo y de forma irreconciliablemente contradictoria, predominio de la compulsión al consumo. El consumismo desaforado, la economía de consumo, como consecuencia inevitable de la imparable economía de producción. El sistema no satisface necesidades: las crea

8- Tras el optimismo de la Modernidad, la Postmodernidad es época de desencanto: desaparición de las utopías; desaparición de la lucha por las utopías; desaparición de los idealismos; desmitificación de la política y sus líderes; desideologización de la política; cuestionamiento de la autoridad, del poder público; cuestionamiento de las religiones históricas; auge de nuevas religiones, sectas, auge de la pseudomística, de los esoterismos,… Desprestigio de los grandes intelectuales carismáticos en beneficio de ídolos efímeros y estúpidos. Preocupación insustancial por los grandes desastres, el fin del mundo; apogeo del cine de catástrofes pleno de barrocos efectos especiales…