domingo, 12 de mayo de 2024

Poesíapp: Encorbatarse

Pexels

Muy de mañana, mientras me encorbataba... Sobre la mesilla, entre bagatelas, reposa un crucificado. Un tímido crucificado de plata soportado por una lasca de amatista. Mientras me encorbataba con destreza la estatuilla ha resucitado. Otra vez. Ha renunciado a su ser metálico, precioso, y se ha encarnado, otra vez. Además, se ha acrecido hasta dimensión humana. Imponente. Llenaba el dormitorio, ahora, pleno de hombre. Extasiado, yo, he cesado las circunvoluciones del adminículo sedoso. Y miraba. Sólo miraba. Sin atreverme a tocar. Ni a hablar, siquiera. Tampoco Él me ha dicho. Nada. No ha dicho nada. Me ha clavado una ojeada de pena, de tanta, tanta pena... Y, súbito, se ha empequeñecido y se ha resuelto en plata. Otra vez. Y se ha involucrado en la amatista. Crucificado. Otra vez. Eternamente crucificado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario