Lo que hoy te quiero decir siempre te lo estoy diciendo lo que hoy te quiero decir no cabe en verbos perfectos no cabe en claustros ni en el vino lo que hoy te quiero decir siempre te lo estoy diciendo te lo dicen nuestros dedos nuestros atrevidos dedos tus noes siempre esqueléticos aquel sí que mide el tiempo las caricias como ejércitos las posturas clandestinas a hurtadillas del invierno las mentiras familiares los trapicheos sin cuento los mejores restaurantes y los peores (por cierto) las criptas santanderinas las propinas del silencio el sudor con que vestimos por completo los jadeos los hoteles repetidos siempre nuevos las playas la piscina la hípica el cemento lo que hoy te quiero decir te lo dicen las ciudades medievales y los pueblos las cuevas los monasterios los erizos de mar en condimento don antonio la tramontana los aeropuertos los pinchazos oportunos los abanicos de viento la memoria los proyectos cómo no: nuestro pañuelo las fuentes iluminadas los desayunos por supuesto las aceitunas rellenas el marisco sebastián los andaluces aquellos tu manera de nadar los helados que te gustan mis sabores predilectos las lágrimas y sobre todo su olor a verdadero el cheque de un millón y medio mis tropezones fingidos mis chistes viejos la gallega sin remedio los médicos de mujeres los farmacéuticos ah por dios se me olvidaba: el teléfono el veinticinco de enero mi perra tus bailarinas el rojo y el negro el descenso de bellver sus recovecos los apuros tan divertidos en los asientos traseros lo que hoy te quiero decir siempre te lo estoy diciendo
De "Ni en los vientos. Ni en los mapas".
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