miércoles, 21 de diciembre de 2022

¡Feliz Navidad!

Pixabay
Sí. A mí. No sé a los demás. A mí, sí. Hace tanto. Se me mostró. Me apareció. La estrella. Su cuerpo y su estela. Se me exhibió el cometa. Nocturno y diurno. Fulgor constante. Constante relumbrón. Obvio. Era obvio que el meteoro se me manifestaba. Se me ofrecía. A mí. No sé a los demás.  Me fosforescía personalmente. Hace tanto. Durante tanto... Es cierto que nunca se ha detenido. Que nunca me lo he explicado. Que nunca me lo he sabido explicar. Qué torpe. Yo. Qué torpe. Y también es cierto que desde hace algún viento su resplandor decrece. Me disminuye. Su centelleo se me resuelve en menos y menos esplendor. Qué torpe. Yo. Qué torpe...