Es una ficción. Desde hace un mes y medio. En una ficción. Vivo una ficción. Me recetaron la pastilla. Ha podido. La pastilla ha podido. Yo, antes de vencerme al fármaco, no soportaba más. La pena me había hecho suyo. Me había deshecho. Todo lágrimas en el agua del amor. Era tan hondo el fondo de su mar que no cabía intentarlo. Imposible bucear. Nadar siquiera.
Desde hace un mes y medio sobrenado. Sobre nada. Vacía, la vida me sobrelleva. Me zarandea. El alma en zig zag. Entre huecos y ceros. Agujeros. Entre el no ser y el mal ser. Solo. La soledad no es una ficción. Es una laja caliente. Que arde mi corazón. Desde hace meses vagabundeo el alma. Sin pedir, ya. Sin pedir.
En la ficción en que yerro la pastilla ha mitigado la angustia. Es verdad que desde hace un mes y medio el pecho puede comer y el estómago respira. Es verdad que desde hace un mes y medio la pastilla disimula mi angustia. Pero, también es verdad, yo sé de la angustia agazapada. Acechante. Latente. Sé que, aunque no la invento, la siento. Esperante. Pertinaz. Traidora. A pesar de que la pastilla la pretende, la angustia me ha elegido a mí.
19 - 6 - 13