Pixabay |
Convento de La Asunción. Castil de Lences. En Burgos -en todas artes-. La abadesa, bordada -bondada- de azul y oro, entre bastidores y bodoques y husos y punzones inermes. Todo, entre agua y cielo y luz. Todo tierra. Toda virgen. Cristo estaba. Resuelto en bronce. Pero, sobre lloro, estaba Jesús -sí, esta vez sí-, Jesús estaba: se estaba en zapatillas, con calcetines, a la sombra de la morera. Sin susto. A gusto. Sonriendo. Esperando. Contemplando. Contemplándome.
No hay comentarios:
Publicar un comentario