domingo, 9 de octubre de 2022

PoesíApp: El muro infranqueable

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Uniformado de gris, de negro, vacío de colores, el guardia fronterizo ya había logrado sellar la linde. Desvencijado de medallas, saturado en similor el pecho, también vacío, ya había logrado que la raya no la penetrase nadie. Ahora, gris y negro y condecorado pretendía -pretencioso sumo- sellar la frontera también por el aire. Que ningún pájaro, que ninguna gota de lluvia,  que ninguna nube -sobre todas, una con forma de fuego-, que ningún viento la transpasase. Y así, ahora, gris y negro y ultracondecorado, albañil obseso, construía ahora el más alto muro jamás izado. Y así, ahora, en obsesa pretensión de verticalidad, consumía infinitamente su ahora. Pero fracasaba. Porque no lograba, ya, que la divisoria no la penetrase nadie. Obseso en lo alto, fracasaba: pájaros y lluvias y nubes -sobre todas, una, irreverente, ígnea- y vientos transgredían, burlándose, el muro. Y, además, obseso en lo alto, descuidaba lo bajo, fracasaba: no se percataba, ya, de los miles que saltaban, como una comba, la vana aduana terrestre.

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