sábado, 19 de enero de 2013

Resistencia

Obviamente no es cuestión de fuerza. Meticulosidad. Necesito ser meticuloso. Proceder con cuidado. La operación requiere solicitud. Extremo. Del viejo marco de plata he de quitar la foto. Su foto. Es un viejo marco de plata. De plata antigua. De esa plata abigarrada y grave que hay que lustrar de vez en cuando. El cristal manchea por acá y por allá. Huellas. Polvo incrustado. Algunos besos indelebles. Pretéritos. La plata precisa ser bruñida. Un óxido, como si fuera pesantez de tiempo, ha impuesto su mancilla por doquier. Es un viejo marco de plata. De plata antigua. También está añecida la foto expuesta. Su foto. Con su sonrisa de entonces. Y sus hoyuelos. Y la mirada que columbraba el infinito. Que no suponía que hubiera un fin. Que no suponía que algún día, hoy, yo tuviera que retirarla. Que despojarla. Que retirar la foto. Su foto. Porque se hubiera acabado.  
 
Obviamente no es cuestión de fuerza. Necesito ser meticuloso. Cuidadoso. Pero el marco se opone a ser desposeído. El cristal se afirma en su maculada transparencia. La plata reclama su derecho y se obstina en no ceder. La foto no abandona. Su foto. Se aferra, se argenta al soporte y se niega a marchar. Es como si marco y cristal y plata se rebelaran y defendieran su prenda. La foto, su foto, no se desprende.

Obviamente no es cuestión de fuerza. Es la última inercia del amor. La pura resistencia.

Exactamente lo mismo le pasa a mi corazón.

30.12.12

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