Mandarina. Chocolate. Dos bolas heladas. Dos bolas de
helado. Sabor álgido en boca. Frío de fruta y frío de cacao. El champán. De
repente. A su irrupción en espuma irreverente -también helada- el paladar se
congestiona. El champán enfatiza al mismo tiempo dulzura y amargor. Como una
explosión de gustos. Como una contradicción de amores. Qué sutil. El champán.
Feliz Año 2019 a todos mis lectores, con mi agradecimiento por su generoso seguimiento de estas páginas.
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