Acaso -acosado- en el tren no se es. Ni se está. Ni se viaja. El tren pasa. Por el tiempo. Pasa. El tiempo traspasa al convoy. Y yo me repaso. Como siempre. Sin embargo, entrenando, de bien en cuando sucede...
Miro la ventanilla. Por su transparencia. Miro. Súbitamente, la arboleda. Lila. La arboleda lila. Troncos, ramas, viento, invierno, todo lila. El vagón se impregna de morado y yo, viajero violado, estoy, súbitamente, amorado, soy sólo amor. En el tren. De bien en cuando. Sucede.
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